miércoles, 11 de enero de 2012

hasta las bolas en capilla.

Quizá sean los libros que me restan por leer,
el diluvio que hubo por la madrugada
la película que no vi,
la que me hago en la cabeza
y la lágrima que contengo
que una falsa esperanza me hace retener

y cada vez que vuelvo
y no recuerdo la noche
un delirio injustificado
no me deja dormir...

pero un orgullo me hace cosquillas en el cuello...

y también duermo y abrazo la almohada,
alcanzo una paz
al menos eso creo.

me pongo como un nene
y pataleo
pero todo pasa
-en tus brazos me asiento-

entonces entiendo el sueño
y como Freud me siento

cada vez
cada día entiendo
y me rio
de haberme proclamado un tipo fuerte,
porque ahora me toca hocicar
y ni canejo puedo ser fuerte
y necesito sufrir y llorar

el delirio se me pasa
y despierto como una momia
me alejo del sarcófago
y de la pirámide.

la maña despeja las dudas
y quizá comience a recordar

aunque no me sirva
al menos eso creo,
creo eso,
porque una vez leí algo de Cortázar
que decía
"qué es el recuerdo sino el idioma de los sentimientos"

y no se
el delirio, a veces pienso
fue haber reconocido
-los sentimientos-
y encima
encontrarlos
en tus ojos marrones
de seis de julio.

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