El encendedor
funciona
siempre
siempre
después
del primer
intento,
es la ley
primera.
Las pupilas
dilatadas
de ayer y
hoy no reclaman
la salida
de órbita
de este mes,
ni distinguir
en el calendario
el ¿hace cuanto fue?,
y eso
es lo
más
parecido
al
haber entrado
en el ojo
del huracán
en tu casa
y haber aparecido
dos días después
en la provincia
de Córdoba.
¿A quien reclamarle esto?
El encendedor
nuevo siempre
se pierde
o aparece
en el bolsillo
menos pensado
el día que
que se decidió
ordenar el cuarto,
el encendedor
viejo
nunca se pierde,
es la ley
tercera supongo,
si,
por que antes
leíste una segunda.
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