Entre toda la mierda
eras la que mas moscas
tenía, armabas tus
cigarrillos midiendo
su tamaño en la cantidad
de pitadas que le darías,
y caminabas mientras
yo miraba como te hacías
sombra.
Masticabas la topofobia
en tu vagarosa
etílica lastimabas
tu piel con el asfalto,
acomodaba mi fez
y largaba el humo
sutil, al que tu
falta de olfato
no percibe cuando
vacilas mi cuadra.
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