No existía
porque había
dejado de ser
para ser otro,
aprendí no pensar
antes de eliminarme
a mi mismo
de la sociedad,
soy un fantasma
que aún así
dejando de ser
sigue dando
el presente.
La razón
me contradijo,
en el escepticismo
creí encontrar
lugar, si no
opinaba mi llama
se apagaba
y sigo dudando
aunque no me resulte
sabio abstenerme,
el silencio me
ahoga en mi
propio vaso
y antes de ser
primero aprendí
a nadar pensando
estar atravesando
las mismas aguas
para comprender
que hasta llegar
a la orilla
en ningún momento
fueron las mismas.
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