Otro verano, reuniendo planos, por primera vez me vas a ver sano.
Salimos a correr igual, llovía. Hubo una carrera que ganar,
tampoco encontre a quien pedirle que se anime a pegarme
en el pecho para sacarme esa mierda que me molesta.
Escuchando una conversación hostil, detrás de la pared
hicimos el amor en medio de las bombas. Para aliviar
tu dolor, cargue también con tu cruz y en la frontera
me dejaron careta.
Jamás volvería a ocurrir, pero se vuelve a repetir,
esa escena en la cocina, después en el cuarto para
terminar en San Bernardo, el bar.
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