jueves, 29 de septiembre de 2011

La humanidad se pierde en un frasco de pastillas

En su momento habrá sido madre. Ahora empastillada,
camina como zombie por el pasillo de mi edificio, dejando
la puerta abierta de su departamento se para en la puerta
y mira hacia afuera. Hacia su nada clonazepada. Me pide
cigarrillos siempre, señora no fumo.
Le aviso que su puerta esta abierta, que no le gustaría
que le roben y va. Entro y vuelve a salir, me mira,
no se cuida, tiene como una barba débil, lleva siempre
la misma ropa y la boca naranja de zanahoria.
Habrá trabajado, tenido sus noches, sus hombres,
alegrías y tristezas, ha vivido como todos.
Pero yo me pregunto siempre cómo es que las personas
llegan a ese punto, a esa degradación. Pienso en mis noches,
mis crisis, ataques, algunos llantos, porque a veces la coraza
sede y algunos sentimientos salen a la luz, como el miedo.
Yo lo tuve de estar también enfermo, entendí que no
lo estoy. Por ahora.

1 comentario:

  1. yo tengo a mi vecina de en frente que es más o menos igual. su deporte preferido es tomar vino.

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