cuando quise que te fueras
te presente la puerta
y su amiga la manija,
te espié,
obvio
por la perilla.
puede que sea duro
pero a veces aflojo,
porque así no funciona
el egoísmo
los celos.
todavía descifro el misterio,
el idioma en que te hable
cuando necesite hacerlo,
recuerdo las palabras
como si fuera ayer
las repito en voz baja
mirando la habitación
la ventana
la reja
el árbol
cada elemento del paisaje
cada segundo del minuto
cada minuto de la hora
cada hora del día
se vuelven un infierno,
pero bajo al cielo
y vuelvo.
me miro al espejo,
hola
me digo
ALEJANDRO,
volviste a ser.
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