vayamos a dar una vuelta,
que la vuelta sea siempre
(un lugar de la terraza)
un secreto del silencio
y que éste lo comparta con el misterio
con las sombras de las calles
las esquinas
y los semáforos en rojo
que el desplazarse sea alrededor del infinito
que vos elijas, pero por favor sin movernos
podríamos practicar viajar con la mente
apenas dándonos las manos
confiando
y cerrando los ojos
que el volver no haya sido nunca un irse
que un irse pueda ser un volver
que el beso antes de subirse al colectivo
no tenga eso que reclama uno más
y que el colectivo arranque... lento,
para poder verte
yendo
siempre yendo.
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