veinte mil cosas para preocuparse
una señora frenándose en medio de Avenida Córdoba
y duda en lo que irá a comprarse
si es ese vestido o el de la cuadra de enfrente.
o soy yo, tratando de no hacerme ningún problema
caminando algo rápido con una mano en el bolsillo
y la otra que me rasca la frente
hasta que la señora... esa señora...
interrumpe mi paso
y ahí ya hay algo que me molesta.
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