pienso que la gente que habla mucho, todo el tiempo,
no tiene nada interesante para decir, hasta
me resultan falsos e insoportables, la gente que
habla poco, siempre, a primera impresión parecen
desagradables, para mí son los que más tienen para
decir, los que en el momento preciso, en el menos
esperado atacan como la serpiente, inyectándote
el veneno en tus oídos.
y que bueno es saber fingir escuchar a las primeras, y mejor aún tener espacio en el baúl.
ResponderEliminarsiempre está demás.
ResponderEliminarme gustan esos flotadores de neumáticos de camión,