La delicada piel de tus manos
que nunca ha tenido tacto
con el detergente
Tus botas de cuero
que solo se han mojado
con el rocío del césped
de una cancha de polo
El reflejo que condicionaste
en tu muqui, para que
cuando oiga la campanita
repita
"En que le sirvo Madam"
El bigote de tu marido,
que no se deja despeinar
ni mover
por el viento de Buenos Aires
pero si
por el de Miami
El culo que de marrón pasa
a quedar verde
y la
cara de Washington
que estaba limpia
ahora esta
repleta de tu mierda
Y
oh,
tu niña,
tu rubia niña
que gasta su dinero
en la mas pura cocaína
colombiana
mientras los chicos
del barrio aspiran líneas
de jabón en polvo
y bailan juntos
en el mismo boliche
y ella no lo sabe
y ellos tampoco.
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