No hagas nada que la paranoia no te pida,
ni caigas en la tentación de pagar o
resistir el deber que te obliga a ser
esclavo de tu mano derecha. Tampoco
te quedes con la nariz pegada en la
mesa, ni salgas a comprar harina para
hacer pizza a las cuatro de la mañana.
No camines rápido, ni mires hacia atrás
ni a las cinco ni a las ocho, si alguien
decidió tomar aire con la gorra puesta
por si llovía y te vio justo mirando
atrás y tocandote la nariz, te pedirá
documento. No hagas nada que la paranoia
te pida, guarda silencio y subí despacito
al auto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario