lunes, 10 de junio de 2013

persiguiendo sombras que se parecen a la suya, drogado, un domingo en el centro

se pierde en tu mirada,
derritiéndose sus manos
al acariciar tu rostro
...de a poco acercando
su cintura
a tu cintura,
derretidas sus manos
en tu pelo...
van a perderse en tu cintura
y son tus labios
que parecen despegarse
ante la cercanía de los suyos,
entonces
todo parece concretarse,
pero una voz en tu interior
te dice que no,
no era tu intención hacer boludeces...
él te lastimo, tenes que volver a casa, te vas.
Y ahí queda solo, como empezando a sentirse vacío
el hombre que más mitos tenía sobre sí mismo.