sábado, 4 de octubre de 2014

la recalcada concha que te dio la vida

la noche que casi esta estrellada
deja caer mis pies a través de la reja del balcón
apretándome la cara como si con eso
pudiera aflojarle a todo lo que me tiene pensando.
todo esta fragmentado y al mismo tiempo unido,
cosido por momentos, nada dura tanto como parece
subir y dejarse caer, tratar de hacer cada vez más
blandas las caídas.

fuegos artificiales en mi cerebro

por qué nunca estas por qué andarás siempre yendo y viniendo
no puedo estar quieto, si lo intento algo permanece en movimiento
divagan mis pensamientos y la concentración mientras
más allá de mi cabeza, en el resto del cuerpo, no paran de pasar
cosas que no conozco y poco entiendo.

los dos en la siesta

ya que pareciera no haber
nada para decir,
cerremos los libros,
apaguemos el velador
tapemonos mejor
convidemonos un beso
y hagamos el amor.

el ortiva

debo confesarme
que muchas veces
el sentido de importancia me supera,
me siento un rockstar
y no me dejo llevar en los bailes
pero si por un mambo
de suposiciones
de cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué
como si debiera mantener
una actitud o un personaje;
que después de todo
lo sé
casi todo me lo invento,
qué mente tan inquieta y retorcida;
...es verdad
necesito sufrir
para escribir un par de poemas,
si eso responde a tu pregunta.