desperté de un sueño vacío de poseía,
salí a la calle con un alicate y las ganas de cortar con todo.
menuda tu expresión, que irrumpió la danza
de las hojas con el viento.
volando sé, que no respondo a ningún tiempo.
hacé el pedido antes que aterricemos,
imagina al cosmos cabiendo en mi bolsillo,
podría darte lo que quieras.
pero me abstengo a los finales que nos tiene preparado el destino,
la tranquilidad es algo etéreo
la normalidad algo que ya no entiendo.
el silencio, como entrada a un laberinto.
no busques el lado psíquico de mi regreso
si lo vieras por el físico, vas por buen camino.
muchas cosas tienen su duración y se entregan en dosis
como cuando bajo la guardia y reclamo amor.
otro día para cambiar,
amanecer violeta para el día gris.
creéme que no miento, y regá el jazmín,
de eso siempre se trata
revivir el primer momento sin darnos cuenta
cuanto tiempo perdemos.
ten paciencia y no busques razones
recordá que nuestra libertad, se ve limitada por pijamas grises
y la cena... por vasos de plástico.
en este salón, todos están pidiendo un cambio,
pero el mozo en la bandeja trae otra cosa y esa
es la suerte que siempre nos toca.
esperabas algo de mí
que en sueños viste, y despierta rompiste
la bola de cristal en el bidé.
Y ODIARÉ LA MAÑANA EN LA QUE MORÍDA MI LABIO
PARA NO OLVIDAR EL GUSTO DE TUS BESOS.
pero te espero, algo así como vecinos somos
nuestro destino es un laberinto. y cada tanto,
en una misma puerta, hacia la salida nos encontramos.
hablame de miserias, ya superé a todos los héroes.
el vaso, amor de un instante que me pide renovar.
doctores me dirán toda la vida que lo que hago
está mal... y yo que encima
no sé lo que es hacer las cosas bien.