miércoles, 27 de enero de 2016

libre, fumón y ermitaño

como atado al hilo que se desprende del vórtice de un remolino
intenta descansar apoyándose mi espalda en algo parecido
al suelo, la cama o el techo
separándose las piernas y los brazos de mi cuerpo
cada extremidad de mi ser, incluida mi pija
tratan de unirse a la eternidad en cada uno de los puntos
del vasto infinito que me rodea, embriaga y marea
siempre que creí en cuando, dónde, por qué y para qué
la almohada absorbe mi cabeza y mis ojos se cierran
y veo infinitos túneles y laberintos girando en espiral
ya no me esfuerzo en pensar en lo innecesario, me siento bien,
estoy sintiendo, estoy viviendo esta vida después de haber
vivido varias, eso dicen.

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