sábado, 18 de junio de 2011

cómo aprender a olvidar la cantidad de días menor a la dedos de mi mano derecha

Atrás queda la noche en que no nos dijimos nada,
caminando en silencio bajo la lluvia
con algo mio andabas, entendí tu excusa
cuando lo pediste, me prestaste un motivo
para volverte a ver.
El laberinto apagado, el pintor le intenta cambiar
el paisaje y sobra pintura y faltan pinceles. Solo
pide cuatro días, a falta de uno se vería
arruinado todo.
Y mi idea no fue volver a verte esperando algo de vos,
realmente esperaba algo más de mí, tan... tan cobarde
fui, te perdí... y me mandaste a la mismísima mierda.
Deja en el olvido, todos los cuadros que más de un
lugar aguardaba por ellos con un lugar vacío,
sin polvo y a la vista de todos, o al menos uno
para mí que quiero poner en mi cuarto
para recordar toda tu hermosa locura.

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