martes, 10 de agosto de 2010

Un día en la vida

Al pasar por aquel viejo edificio cruce palabras con Bob Dylan,
y luego de darle la primer calada a su cigarrillo me dijo
"chico no bajes por aquella avenida", pasan cosas raras.
Llegado a la esquina lo veo a Borges intentando cruzar la calle
y sin decirle palabra alguna me dijo -"Alejandro te estaba
esperando, llevame al café".
No entendía como supo y sin darme tiempo a que le preguntara,
comenzó a hablarme de cosas raras que termine por no darle
importancia, entramos en el café y nos despedimos. Aprovechando
la ocasión, me acerque a la barra y allí estaba Bukowski,
le digo: -Henry, ¿Como andas?
-En eso... Ven, echemos un trago.
Pidió dos whiskys con agua y luego pedí dos rondas más,
le conté lo que había dicho Bob Dylan y me dijo:
-Vete, deshazte de los relojes y la rutina. Solo pon el culo
en una silla y apoya los pies en algún lado y diviertete,
consiguete alguna mujer para esta noche y bebe como nunca
has bebido y luego dime que hay de raro aquí y en esto.
Nos despedimos.
A tres cuadras de allí cruzando el parque lo pude ver a Cortázar
rodeado de niñas de no mas de once años pidiéndole que les dibujase
rayuelas.
Termine perdido, me vi en un callejón, alguien abrió una puerta
y me invito a pasar, quien mas podría ser.
-¿Qué haces Aldous?
-Ven, te invito a pasar.
Y abrió la puerta, una que ya conocía, entonces pegamos la vuelta
y entramos por otra, ¡Huxley querido!, te agradezco
cantaba en el camino con Kerouac ambos descubrimos su laberinto
que desconocíamos, ahora somos Deltas y Alphas. Por la avenida
Kafka nos encontró en plena metamorfosis pero no le dimos importancia y
seguimos hablando de budismo hasta que oímos una bocina.
-¡Vamos, vamos, suban!
-Bueno Neal si así nos lo pedís.
-Vamos de viaje, hay una larga ruta que recorrer.
En la ruta nos topamos con Arlt, que estaba haciendo dedo, para llegar
a Comodoro Rivadavia, los tres conocíamos su reputación de buchón
pero igual lo invitamos a subir y seguimos viaje.

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